domingo, 14 de diciembre de 2014

10 ideas erróneas sobre los faros.

Las personas solemos tener ideas hechas de cualquier cosa que, muchas veces, no se corresponden con la realidad. La razón principal suele ser el desconocimiento y los faros no  escapan a esta norma. Veamos 10 ideas que se suele tener de ellos y que son sólo "verdades a medias".

1.- Están en la costa.  Suele ser lo habitual, pero algunas veces están bastante retirados de ella, el caso más llamativo es el de Vila Real do Santo Antonio, un faro portugués en la margen derecha del Guadiana que está a 750 metros de España y a 1.560 de la orilla del mar.


2.- Son edificios aislados, generalmente sobre un acantilado. Hay faros que sí, pero los hay en playas, como el de Torre la Higuera, en puertos, como la Farola de Málaga, o incluso en pleno paseo marítimo rodeado completamente de pisos como es el caso del Faro de Marbella.

3.- Son torres altas. Unos sí y otros no. El de Chipiona mide más de 60 metros, en cambio el Faro de San Telmo, en Almería, es una torre de 7 metros de altura. En realidad lo importante es que el foco luminoso esté a cierta altura, si la base de la torre está casi a nivel del mar aquella ha de ser alta, pero si está sobre un acantilado la torre puede tener poca altura. El caso más representativo es el Faro de La Polacra, en la provincia de Almería: su torre tiene solamente 14 metros  pero es el faro con el plano focal a mayor altitud sobre el nivel del mar en toda la costa del Mediterráneo: 281 metros.

4.- Todas las torres altas destinadas a guiar a los barcos son faros.  Falso. Un faro no se considera faro por la altura de su torre sino por el alcance de su luz que ha de ser superior a 10 millas, por debajo de ese alcance es  baliza. Un buen ejemplo es la del dique Juan Carlos I, en la costa de Huelva, que con sus 31 metros de altura no tiene la categoría de faro al no tener su luz ese alcance mínimo de 10 millas.

5.- Todas las torres están hechas con los mismos materiales. Las hay de hormigón, de mampostería, de piedra ostionera... incluso metálicas, como es el caso del Faro de Cádiz.

6.- Su luz se enciende y apaga continuamente. Depende del faro. Aquellos en los que vemos de noche unos haces de luz girando en torno a la linterna no: Chipiona, Cabo Roche, Tarifa, Torre la Higuera... en estos casos la luz ( o las luces) está siempre encendida y es el giro de la óptica o el panel el que produce a lo lejos esa sensación de intermitencia. Hay otros que sí: son las lentes de horizonte, aquellas que emiten su luz en 360 grados cuando están encendidas. En este tipo existen dos variedades: las de destellos, que la luz está apagada y cada cierto numero de segundos se enciende un instante y las de ocultación, que son aquellas en las que la luz está encendida y cada cierto intervalo se apaga un momento. De este tipo las tenemos en Rota, La Herradura o La Polacra.

7.- La luz de un faro siempre se ve blanca.  Normalmente sí, pero hay faros que también señalizan un peligro concreto, como unos bajos, en esos casos parte de la linterna del faro posee unos cristales rojos llamado sector rojo que indica la dirección del peligro y que vista la luz desde una embarcación que se encuentre en esa zona se ve de color rojo.





8.- Todas las torres son circulares.  Es la imagen que se suele tener de un faro, pero la de Torre la Higuera es triangular, la de Cabo Roche cuadrada, la de El Picacho, en Mazagón, octogonal...


9.- Dentro de su lente hay una bombilla.  En realidad hay, cuando menos dos. Es el caso de los faros con lentes de Fresnel como Chipiona o Mazagón. Una es la lámpara de servicio, la que está encendida, pero junto a ella está la de reserva, un tanto inclinada. Si la de servicio se  funde un mecanismo hace girar el soporte y entra en servico la que estaba de reserva. En otros faros hay paneles con varias lámparas cada uno (Torre la Higuera) o tienen sistemas de led.

10.- Desde hace unos años los faros son automáticos.  Lo cierto es que los faros comenzaron a ser automáticos hace más de un siglo gracias a los destelladores de acetileno y la válvula solar, dos inventos del ingeniero sueco Gustaf Dalen. Con el primero consiguió que los faros tuviesen diferentes carasterísticas luminosas, ahorrasen un 90% de acetileno y no hiciera falta la presencia humana para su mantenimiento durante meses. Con la válvula solar logró que los faros se encendiesen y apagasen solos dependiendo de la luz exterior. Ambos inventos le valieron el Premio Nobel de Física en 1912.

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