domingo, 5 de mayo de 2013

Primer faro visitado.

Hoy por hoy los faros españoles no son visitables, salvo la Torre de Hércules en La Coruña y el de Chipiona y, como no podía ser de otra manera, ha sido nuestro faro chipionero, el más alto de España, el primero que esta Asociación ha visitado. Durante estos días se ha estado celebrando el 150 aniversario de la colocación de su primera piedra y era una fecha perfecta para conocerlo.  Hemos sido un grupo formado por 15 personas procedentes de San Fernando, Mairena del Aljarafe, Utrera y Sevilla,  15 afortunados que hemos tenido la suerte de tener un guía de lujo: Septimio, el farero de este faro.

 

El día amaneció soleado, se presentaba prometedor y lo cierto es que no defraudó. A la hora de comenzar la visita Septimio nos esperaba en las escaleras exteriores del faro: saludos, presentaciones, la primera foto ante las puertas del edificio... después las explicaciones de nuestro guía especial sobre la exposición que hay en el patio interior del faro y los paneles que han instalado para celebrar el aniversario y que nos hablan del río, de su balizamiento, de la esclusa y del puerto de Sevilla.
 
Entrar a este faro  muy posiblemente sea entrar al faro más bonito y mejor cuidado de España. Estupenda labor la que han llevado a cabo conjuntamente el Ayuntamiento de Chipiona y la Autoridad Portuaria de Sevilla. Los 300 y pico de escalones que nos llevan a su balcón, a casi 70 metros de altura sobre el nivel del mar, se hacen en tres tramos, con dos descansos, para hacerlo más cómodo. En la subida se va viendo por sus ventanas unas veces Chipiona y otras el mar, según su orientación, y continuamente la inmensa labor que hicieron aquellos hombres hace ya siglo y medio con una piedra labrada a la perfección. El faro es sencillamente impresionante.
El asombro que siente quien sube por estas escaleras solamente puede hacerse aun mayor cuando se sale a su balcón y se abre ante ti un horizonte inmenso que abarca desde la sierra de Cádiz hasta la costa de Huelva con los corrales marineros a tus pies.
 
Merece la pena sin la menor duda subir a este faro. Igual que la merece entrar y conocer otros muchos de nuestras costas, pero ese es un camino que tenemos que abrir poco a poco.
 
Después de despedirnos de Septimio y  salir del faro unas tapitas para reponer fuerzas, una excusa para seguir disfrutando del día en Chipiona y, en cierta medida, una justificación para alargar en el tiempo este encuentro. Y es que cuando las cosas rozan la perfección nadie quiere que terminen.
 
F.G.M.
 

4 comentarios:

Leonor dijo...

Así fue, tal como lo has narrado, un día que rozaba la perfección. Personas que nos veíamos por primera vez y que tras unas cuantas palabras sentíamos conocernos de toda la vida. Nuestra común afición es el lazo que nos une en principio pero que con el tiempo no será lo único porque cuanto más nos reunamos mayor será nuestra amistad.
Muchas gracias a Paco por crear esta asociación, a Septimio, el farero de Chipiona, por su calurosa acogida y su amable trato y a todos los amigos con los que ayer pasamos un rato tan agradable.

Leonor

Unknown dijo...

Gracias a tí Leonor y a todos los que os váis sumando a este proyecto, sin vosotros, y sin los que han de venir, todo esto sería en vano. No puedes hacerte una idea de lo feliz que me sentí ayer viendo lo bien que iba saliendo todo y lo a gusto que estábamos a pesar de habernos conocido esa misma mañana.

Un beso.

juanito mellado dijo...

Entrañable mañana

Araceli dijo...

Estupendísimo día y encantada de haberos conocido a todos reunidos en torno al "cuelgue" en común del tema faros.